Para un cutis delicado: La inocencia.
Para suavizar las arrugas: La sonrisa.
Como un hermoso rubor: La modestia.
Como un delicado perfume: La prudencia.
Como espejo: La humildad.
Para labios atractivos: Habla con palabras amables.
Para ojos adorables: Busca lo bueno en las personas.
Para una figura esbelta: Comparte tu comida con el hambriento.
Para un cabello hermoso: Deja que un niño pase sus dedos a través de ellos una vez al día.
Para un buen adorno: El amor.
Para el porte: Camina con la seguridad de que sabrás hacerlo y que tu camino es el mejor que podrías haber elegido.