Todos los seres vivos envejecemos. Envejecer es un proceso gradual, natural, universal e ineludible, que se da a través del tiempo, y evidenciará en nosotros cambios y transformaciones a nivel biológico, psicológico y social.
Los años que pasan empiezan a ponernos en contacto con la idea de la propia finitud, el cuerpo que ha cambiado, junto con las arrugas y las canas. Pensamos en las cosas que hicimos, y las que dejamos sin hacer, y nos preguntamos si aún estamos a tiempo de llevarlas a cabo. Nos comienzan a preocupar otras cuestiones, como la abuelidad, soledad, viudez, prejuicios, jubilación.
Envejecer, no es tarea sencilla, y menos en nuestros tiempos. Vivimos en una sociedad caracterizada por: rendir culto al cuerpo, a la belleza estética, la búsqueda de lo inmediato y de los placeres efímeros, promulga un estilo de vida de eterna juventud, se basa en el poder, el consumir, el tener todo ya y ahora como pilares fundamentales para la felicidad. Es una sociedad que no nos brinda un momento para detenernos a pensar, y mucho menos colaborar en la tarea del buen envejecer. En vez de acercar al sujeto a sus conflictos, dudas, cuestionamientos, para poder reflexionarlos, aceptarlos y resolverlos, invita a no pensar, no sentir, apartar la mente para no angustiarse, frente a la existencia de los dilemas que acompañan al hombre durante toda su existencia, y también así, durante su envejecimiento.
La idea de un taller de reflexión para adultos mayores, precisamente postula lo contrario. Creemos que la vejez es un momento propicio para la reflexión, el cuestionamiento y para replantearnos modos de ser, de vivir y de envejecer. Es la ocasión para preguntarnos y hacer una lectura de nuestra propia vida con una visión prospectiva.
A través de estos encuentros, buscamos la apertura de espacios para la palabra y la escucha de nuestros adultos mayores. Que entre todos podamos crear un lugar de abordaje de las cuestiones del envejecimiento, y de despliegue e intercambio de intereses y problemáticas, para en líneas generales lograr una mejor calidad de vida.
El hombre ya ha logrado vivir muchos años, ahora tiene el gran desafío de vivir saludablemente. Y no nos referimos solamente al cuerpo, a las enfermedades medicas, sino que, envejecer sanos tiene que ver con reconocer nuestra salud y nuestra enfermedad aprendiendo a sobrellevarla, compensando pérdidas con ganancias, armando día a día un proyecto de vida, por más pequeño que sea, reconociendo miedos y angustias, y haciendo algo para superarlas. Y es ahí donde cada uno se compromete con lo que es, se convierte en responsable de la clase de viejo que le gustaría ser y la que realmente es.
Una persona puede tener muchos años, pero igualmente sentirse joven, porque hay algo más allá del cuerpo y de las categorías sociales, estamos hablando de cómo cada uno percibe su interior, porque… “Los años arrugan la piel, pero solo el abandono del entusiasmo arruga el alma”
Lic. Marianela Bidegain